LA ISLA DE LAS LECCIONES
Hace muchos años, en una isla lejana, había una pupa colgando de la rama de un árbol. Dentro había una pequeña criatura. El estaba muy orgulloso porque tenía una manta especial entretejida con raros filamentos que lo conectaba con los diferentes habitantes de la isla.
La criatura en la pupa oyó un sonido extraño y viajó por ese canal en la net. Vió un gran oso marrón que estaba hibernando en un gran árbol hueco. Lo encontró por el sonido del hipo que el oso estaba teniendo. El oso impaciente por el hipo que no paraba “No puedo hibernar más con este hipo”. Y la criatura trató de entender la situación y observó al oso. El oso decidió dejar el árbol y fue a una cueva en la isla. Dentro de la cueva, encontró a un robot polvoriento sentado allí. “Hola hermano, ¿qué te ha pasado? ¿Porqué estas aquí sólo?” El robot no funcionaba bien. No podía hablar. El oso juntó unos alambres y apretó un botón que reseteó al robot.
“Yo soy el robot de seguridad de la isla. He sido abandonado por los líderes. He visto pasar cosas malas en esta isla y ellos quieren que me quede callado. Buenas criaturas han sido maltratadas y eliminadas de la isla”. Dijo el robod con voz entrecortada.
“No te preocupes hermano. Nosotros vamos a darles una lección” dijo el oso.
El oso reseteó al robot. Borró la memoria y cambió las opciones para hacer maldades, lo hizo agresivo y malvado.
“Anda libre y has lo que quieras. No te preocupes por los demás ni te preocupes por las consecuencias de lo que hagas”.
El robot salió de la cueva, actuando con un poder inusitado y sin cuidado alguno.
“Paff! Stomp! Whizzz! Plump!” Fue alrededor de la isla aterrorizando a todos los habitantes egoístas y engreídos que vivían allí, haciendo desastres por donde pasaba.
“Ey! como escapaste? porqué estas haciendo todo esto?! Para!” gritaban los habitantes de la isla, tratando de detenerlo. Pero el robot poderoso era imparable. El tomó el poder de la isla y la hizo temblar.
El alimento de la isla estaba basado en un raro especímen de plantas y él destruyó todo el habitat.
“!Sfffwwwwisshhh!!” El robot mandó rayos al cielo haciendo que todo sea frío y mató todas las plantas.
“Oh, no, todo estos hongos por todas partes, vamos a morir!” dijo una criatura.
La isla completa fue destruída, no había esperanza. La isla se congeló por todos los cambios. Todas las criaturas murieron. Luebo hubo un mecanismo automático que limpió la isla. De acuerdo con las tradiciones de la isla, este sistema botó todas las criaturas al mar.
En este momento, el oso que sobrevivió hibernando, bajó de la montaña. Viendo toda la tragedia en la isla, se apenó mucho. “Esto es muy triste. ¿uando van a aprender?” Y caminando en una pista desolada encontró al robot, en medio de la calle.
Cambió la opción del robot a “Lección”. El robot se levantó y se movió otra vez en su poderosa manera “Opción Lección, Comienzo de rescate”, Dijo en su nueva voz. Trajo una gran red y fue al mar. En un gran bote, colectó con la red miles de pupas que estaban en el fondo del agua.
“Aquí vienen, espero que no haya sido en vano”, dijo el oso.
Las pupas salieron del agua brillando con luces multicolores. Una vez en la orilla, cada criatura salió viva de la pupa, abriendo sus alas, en una forma completamente nueva, renovadas, llenas de admiración. “Esta ha sido una experiencia totalmente nueva. He aprendido la verdad de la vida. Cómo ser bueno y amarnos los unos a los otros”. Dijo una de las criaturas. Todos vinieron con una gran perla en la mano. Esta era el premio por todo el sufrimiento de la experiencia y la lección aprendida.
Hubieron algunas criaturas que les molestó y estaban iracundas por los incidentes que pasaron y tiraron la perla al mar “¡No me importa, qué es esta perla, nadie me dice qué hacer, yo hago lo que quiero, no me importan los demás!”
Todas las criaturas que tiraron la perla y no aceptaron la lección, fueron envueltas con la pupa nuevamente y fueron otra vez como bebés, colgando de las ramas de los árboles de la isla... esperando a crecer, observar y aprender otra vez.
El oso volvió al gran árbol hueco en la montaña, a su hibernación. Esta vez sin hipo, hasta la siguiente estación, donde sería encontrado nuevamente por la siguiente lección. La criatura de la pupa que estaba colgando de la rama observó la escena “Creo que esa lección era para mí también” y desplegando sus alas, salió de la pupa, transformada en una magnífica criatura alada. La manta de la que estaba tan orgullosa era su consciencia, siempre conectada a todas las criaturas alrededor de ella. “Hoy aprendí que vine a la vida con las alas de la libertad, la misma que perdemos si no somos cuidadosos manteniendo la paz del mundo. Y la perla debe estar siempre delante de nosotros, para recordar. Si la pierdo, regreso a la pupa, para aprender de nuevo”. Y así se fue volando, sosteniendo en su mano el mundo de paz.